Existen muchas formas de plantear las estrategias de una organización o de una empresa. Muchas de ellas son muy válidas, pero otras las debemos cuestionar si nos encontramos características o formas de plantear las cosas que no tengan sentido.
Hay organizaciones que ponen en marcha estrategias, planes marco o programas de transformación que son de alguno de estas 3 formas, no al 100%, pero si con elementos combinados de varios.
Por ejemplo, puede ser que una empresa trata de seguir una hoja de ruta honesta, pero a la hora de ejecutarla, le cuesta trabajo cambiar el paso cuando un camino no es el correcto, siguiendo un camino recto que es lo que propone la hoja de ruta engañosa.
Es importante identificar el comportamiento de las organizaciones cuando se entra en ellas y tratar de nombrar las características principales que las diferencias. Para hacer todo esto lo mejor es repasar la tabla de doctrinas y las tabla de tipos de jugadas.
Si esto de los mapas de Wardley te gusta, puedes empezar con estos cinco pasos.
La hoja de ruta estratégica es la forma más enriquecedora de hacer estas definiciones y la tendencia de usar cada vez más datos continúa, pero que las hojas no nos quiten de ver el bosque, hay que tener muy claro las doctrinas que reinan en la organización.