¿Cuántas veces has escuchado: «¡La cultura se come a la estrategia para desayunar!»?

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La frase suena bien, pero esta afirmación es erronea, problemática, y fuera de contexto.

Es erronea

La frase se le atribuye a Peter Drucker. Sin embargo, como se puede leer en la página web del Instituto Drucker, en realidad nunca dijo eso. Lo que dijo fue:

«La cultura -no importa cómo se defina- es singularmente persistente».

Lo que Drucker quería decir es que la cultura es un portador vital de los valores de una organización, y más que su estrategia. Por lo tanto, la cultura es definitivamente una fuerza en los negocios que no puede ni debe ser ignorada. Sin embargo, Drucker nunca dijo que eso echaría por tierra cualquier intento de cambiarla -mediante la estrategia o de otro modo. 

Es problemática

El hecho de que Drucker no lo dijera no lo convierte en una afirmación problemática. Lo que sí la hace problemática es que señala un problema en lugar de un hecho.

Porque, si tu cultura se come tu estrategia para desayunar, algo estás haciendo mal. Podría significar una de estas dos cosas, o ambas:

1. El PROCESO de tu estrategia es erróneo. Probablemente utilizas un enfoque demasiado descendente y muy poco participativo, sin implicar ni comprometer lo suficiente a tu gente. 

2. El CONTENIDO de tu estrategia es erróneo. Probablemente basaste demasiado tu estrategia en tendencias externas y/u objetivos cuantificados, en lugar de en las competencias y la cultura de tu empresa. 

En ambos casos, tu cultura se comerá su estrategia para desayunar, así como para comer y cenar. Pero eso no es culpa de la cultura. Y no es un hecho que simplemente tengamos que aceptar.’

Si tanto el proceso como el contenido de tu estrategia tienen cuidadosamente en cuenta la cultura de tu organización, la estrategia y la cultura desayunarán y comerán juntas muchas otras comidas, de forma armoniosa y productiva.

Está fuera de contexto

El contexto de una empresa es único, y aplicar esta frase sobre una empresa cualquiera no tiene en cuenta la complejidad de la realidad.

Por lo tanto, si esta famosa frase que Peter Drucker nunca dijo sigue siendo válida  en tu empresa, es hora de pensar qué ha ido mal y cómo solucionarlo.

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