Tomar decisiones dibujando escenarios

Tiempo estimado de lectura ( 2 minutos)

Este ejercicio lo he leído de Jabe Bloom, que trabaja muchos conceptos con Ben Mosior.

La idea de fondo es cómo diseñar tus acciones hacia un hoy mejor en lugar de perderte en buscar la utopía o alguna otra tontería regresiva o inactivista.

Coge un papel y divídelo en 4 partes

Trabaja sobre un escenario concreto, más o menos definido. Y entonces puensa en cuatro secciones principales…

1. Estado actual: ¿Cómo es nuestro presente? Bueno, malo, mejorable. Pero sobre todo queremos prestar atención a lo malo/lo que no nos encaja.
2. Futuro por defecto: Este es el futuro que podemos imaginar que nuestro Estado Actual produce por defecto. Es el desastre en el que acabaremos cayendo si nada cambia.
3. Futuro ideal: Es algo que podemos esperar, especialmente en términos de cómo es diferente del Estado Actual y del Futuro por Defecto.
4. Presente ideal: Esta es la versión alternativa/universo paralelo del día de hoy que podemos imaginar en la que
   1. estamos resolviendo los problemas del Estado Actual,
   2. estamos cortando el camino hacia el Futuro por Defecto, y
   3. estamos dando pasos hacia el Futuro Ideal. Hacer que el día de hoy sea como sería ideal si ya estuviéramos bien encaminados.

Una vez definidos estos cuatro objetivos, nos centramos en el Presente Ideal. Así, en lugar de apuntar a un futuro lejano, apuntamos a un hoy mejor.

Y la clave está en que se trata de un bucle. Si descubrimos que nuestro Futuro Ideal no es posible, no pasa nada. Volvemos a hacer el mismo ejercicio. «Estar siempre en el presente». Todos los beneficios de las visiones imaginativas, sin ninguno de los inconvenientes. Porque te aferras poco al futuro, en lugar de trabajar en el presente.

Si logramos nuestro Presente Ideal, volvemos a hacer el ejercicio. Como nuestro Estado Actual ha cambiado, también lo ha hecho nuestro Futuro Predeterminado (nuevos progresos, nuevos problemas). Y nuestro Futuro Ideal también puede ser diferente. Pero lo volvemos a hacer. Una y otra vez. Bucle, bucle, bucle.

Nota final

La dificultad de tener conversaciones incómodas es tenerlas. Más difícil es que estas sean realmente productivas.

¡Ánimo!